«2666», de Roberto Bolaño

9788433968678        La novela 2666 de Roberto Bolaño, publicada en el año 2004, es una descomunal obra literaria, de singular belleza y que a medida que pisas sus páginas y recorres la pentalogía, las cinco partes, en fin, que la componen, estás sintiendo que su autor se ha entregado en cuerpo y alma a su oficio de escritor.

       Es una novela del siglo XXI, de vanguardia  <<«he intentado meterme por estructuras, por caminos nuevos»>> y que vale de referencia para escritores noveles y, sobre todo, para los lectores que disfrutarán de una prosa precisa y limpia y un vocabulario amplio, de una poética original  y con influencias de los grandes escritores de habla hispana y de los grandes escritores rusos y franceses, parece abarcarlo todo, como lector; así esta novela detectivesca en algunos tramos, pero también filosófica y literaria, de denuncia social y de corrupción moral del individuo (los feminicidios de Santa Teresa en la ficción, Ciudad Juárez ,México ) y, sobre todo, su tema recurrente,  los alimentos de los que se nutre el escritor, de sus momentos de locura y entrega a un trabajo que parece no tener fin, de sus obsesiones y esperanzas y de la dificultad para publicar. <<«Bolaño es un autor concienzudo. Solía hacer varios borradores de sus temas, que por lo común redactaba de un tirón, pero que pulía luego con cuidado»>> podemos leer al final de «2666» en «Nota a la primera edición» del crítico literario y amigo del autor Ignacio Echevarría.  Estos rasgos literarios  nos acercan a esa literatura «torrencial» de la que habla Ana María Mox, la mejor definición que se puede dar para esta novela.

       Roberto Bolaño es un escritor chileno, afincado en España, donde murió joven, con tan solo 50 años «por insuficiencia hepática» y al no recibir a tiempo el hígado para su trasplante. Recibió numerosos premios y homenajes póstumos y la novela  «2666» fue premiada como la mejor novela de ficción por el Círculo Nacional de críticos literarios de Estados Unidos, el <<«aullido de un genio»>> la calificó  Jorge Herralde, su editor. Ya sabemos al leer «2666» que Roberto Bolaño es un lector voraz y que posiblemente sean sus ingentes lecturas el motor que mueva la mano que apresa el lápiz, sin olvidarnos de su talento y el tiempo invertido en la creación. Un autor ambicioso en el más estricto sentido literario, con una capacidad inventiva desmesurada, buscando la literatura total, con una magistral soltura para el cuento y para le creación de personajes, muchos impregnados de literatura y también personajes deleznables, buscando una sexualidad apolínea  y con tramas entrelazadas y con frecuentes recursos digresivos. Autor también de <<«Los detectives salvajes»>> para muchos su mejor novela.

                       – <<«Soy mucho más feliz leyendo que escribiendo»>>. «Entre paréntesis» Roberto Bolaño.

                     – <<«A la literatura nunca se llega por azar. Nunca, nunca. Que te quede bien claro. Es, digamos, el destino, ¿sí? Un destino oscuro, una serie de circunstancias que te hacen escoger. Y tú siempre has sabido que ése es tu camino»>>.  Entrevista a Roberto Bolaño.

                     – <<» … Al creador, aislado y sometido a las asperezas del entorno, curtiéndose severamente, para, en el momento de dejar atrás <<«las tinieblas del desprecio o indiferencia de los otros»>> aparecer <<» a plena luz del día, para sorpresa de cuantos  hasta entones le habían ignorado»>> Vila-Matas, sobre Roberto Bolaño.

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«LA VIDA NEGOCIABLE», de Luis Landero

978849066371             Al principio, nada más comenzar a leer «La vida negociable» de Luis Landero (Alburquerque, 1945) me pareció un cuento sencillo, sin apenas sobresaltos, por la descripción de los personajes que van apareciendo y que en este caso tiene que ver con una madre y su hijo adolescente caminando por Madrid hacia un lugar secreto y que Hugo, a petición de su madre, no podrá  desvelar.

            La primera parte de «La vida negociable» nos presenta a los personajes con los que conviviremos un tiempo; personajes de ficción y que parecen sacados del «Lazarillo», sobre todo Huguito (que parece aquilatar los tesoros de su padre e imaginar que puede hacer con ellos) un padre, en fin, enamorado de su mujer y con un sobrepeso excesivo que le traería demasiadas desgracias;  la madre y  Olivia más bien parecen de este siglo.

             Quisiera recordar el capítulo donde  nos cuenta el enfrentamiento de nuestro protagonista con los matones que le quitaron un sobre con dinero y como un día les hizo cara con una navaja de pata de cabra que le habían regalado. Esta historia me recuerda a mi navaja que también me regalaron y que mi tía nada más verla  me la quitó sin contemplaciones. Tuve una sensación de rompimiento interior, de injusticia y desconsuelo que tardé un tiempo en olvidar aquel episodio. Nunca más volví a ver la navaja y más tarde comprendí la firmeza y determinación de mi tía que agradezco y también a Landero por desempolvar ese recuerdo que tenía arrinconado en alguna parte de mi cerebro.

           El capítulo de la impudicia y la procacidad de Hugo y Marco dos adolescentes alejados de todo y viviendo su particular amistad resulta desazonador. Hugo no quiere a Marcos, lo utiliza:<<«El sentía hacía mi una especie de fervor, de admiración ilimitada…el me daba lo único que poseía, su lealtad y su sumisión»>> Pág.  68. Su rabia lo llevaba a situaciones límites, sin importarle nada, sin arrepentimiento, hasta pasado un tiempo que intentaba purificarse. A Leo tampoco la quería y, sobre todo, cuando su amor por Amalia lo inundaba todo. También la utilizaba, se aprovechaba de ella, hasta que por algún sentimiento de pérdida o de soledad, la buscaba. Era una época <<«miserable»>>, <<«fueron tiempos turbios, de enemistad consigo mismo, con los demás y con el mundo»>> Pág. 103. El autor nos cuenta estas historias, pequeñas historias que narran unos hechos que nos pueden gustar o no, es asunto del lector y posiblemente más avanzada la lectura, todos estas vivencias juveniles nos ayuden a abrazar a los personajes, encariñándonos con ellos, intentando comprenderlos, aceptando su realidad,  y así acercarnos con curiosidad a la ficción que Landero ha construido para nosotros.

            Este árbol de pocas ramas lo podemos vivir en la primera parte y será en la segunda donde Landero nos arreboce con un árbol más frondoso- de humor y drama y también con retazos detectivescos – con ese  estilo sencillo y de corte quevedesco en algunos momentos y cervantino que nos hará pasar los mejores momentos en compañía del peluquero Baltasar y que observa asombrado el manejo y destreza de Hugo con las tijeras y el peine y que llegará a oídos del brigada Ferrer que lo animará a un mundo de peluquerías de diseño más acorde con su talento.

          Una novela que no dudo en aconsejar por ambientarse en un mundo de lazarillos y personajes desaliñados y que intenta  resaltar los valores de la constancia y el empeño por encontrar un horizonte de luz y  que no escapan  a los momentos de  abatimiento y desaliento de ánimo en esa «vida negociable». Y para terminar recordar la firmeza y determinación de Leo para solucionar las búsqueda de los padres de Hugo: <<«Yo te he metido en todo esto y yo te sacaré de esto, dijo…Tú y yo, los dos juntos como siempre. ¿Joder, tío, te quiero!»>>. Esto tiene que ver con las relaciones entre Leo y Hugo, es parte del argumento, pero  también podemos interpretarlo como una metáfora  que Luis Landero, autor de esta novela, ya maduro, nos regala, con esas mujeres que afrontan su destino con energía y lucidez admirable. Casi siempre suele ser así. Pero ¿cómo termina la historia?

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