«LOS ENSAYOS», de Michel de Montaigne.

978849683417          <<«Igualmente, a la vez que uno se complace en el vicio, se engendra una desazón contraria en la conciencia, que nos atormenta con muchas fantasías penosas, despiertos y dormidos»>> «Los Ensayos«, de Michel de Montaigne, (pág.529).

          <<«Porque se dice de muchos que, hablando a menudo en sueños o delirando por la enfermedad, se han denunciado a sí mismos y han descubierto delitos mucho tiempo oculto»>> Lucrecio (extraído de «Los Ensayos«, de Michel de Montaigne, (pág.529).

                              Baste este ejemplo de Michel de Montaigne, de Burdeos  y el aval de Lucrecio, poeta romano,  para aconsejar «Los ensayos» . Aunque pueda parecer exagerado, estas  reflexiones que atañen a la conciencia, sólo estas dos frases, digo,  eclipsan a muchos  libros actuales de autoayuda. No es de extrañar que en una reciente encuesta  sobre los mejores libros de la Literatura Universal realizada a escritores y críticos  y publicada en el <<«ABC CULTURAL«>>  figure entre la más aclamada. Por esto no es excesivo ni arriesgado aconsejar que dejen de leer lo que tengan entre manos y se precipiten con urgencia a leer estos «Ensayos» y procurar serenidad al leerlo (la mejor fórmula de recomendación). Es tal la sabiduría que encierra, los estímulos acariciados, las experiencias recibidas y los conocimientos concedidos  que cita y convoca a Plutarco, Ovidio, Tito Livio, Séneca, Terencio, Platón, Virgilio, Aristóteles, Lucrecio, Marco Aurelio, La Boétie y otros tantos cercanos en instrucción y discernimiento; y se observa que cuando  Michel de Montaigne habla parece estar a la misma altura que todos ellos. Los cita e  interpreta para después adornar su jardín con originalidad  y belleza. <<«Los ensayos>>» están bellamente decorados con citas de clásicos, pero nunca abandona su personal mirada, atendiendo a esta razón:<<«Nos dejamos ir hasta tal extremo en brazos ajenos que aniquilamos nuestras fuerzas»>> (Pág. 172) o de esta otra:»<<Porque el campasino y el zapatero los ves seguir simple y naturalmente su camino, hablando de lo que saben»>> (pág. 174). Muchos filósofos y pensadores han seguido este camino: original propuesta como exigencia para después atender y escarbar en los otros.

              Voy a intentar resumir en breves  pinceladas las intenciones de  Montaigne al escribir estos «Ensayos». Las de mayor peso tiene que ver con el estudio y conocerse a sí mismo y  al individuo:<< «En efecto, dado al estudio al que yo me dedico, cuyo objeto es el hombre…»>>(p.958) y esta otra razón , igualmente, poderosa:<<«Pero, como quiera que me dé a conocer, con tal de que me dé a conocer como soy, cumplo mi objetivo»>> (p.986) e insiste:<<«Todo el que los demás distribuyen a una multitud de amigos y conocidos, a su gloria, a su grandeza, yo lo dirijo por entero hacia el reposo de mi espíritu y hacia mí mismo»>>. Y si no tuviesen acogida sus escritos, aun así, habría gozado del día a día como recompensa :<<» Y aunque nadie me lea, ¿he perdido acaso el tiempo dedicándome durante tantas horas ociosas a pensamientos tan útiles y agradables?»>> (p.1003). Para conseguir este ambiente – aún perdura esta inscripción – decide retirarse a su castillo con 38 años de edad el 28-2-1571;<<«Recientemente me retiré a mi casa, decidido a no hacer otra cosa, en la medida de mis fuerzas que pasar descansando y apartado, la poca vida que me resta. Se me antojaba que no podía hacerle mayor favor a mi espíritu que dejarlo conversar en completa ociosidad consigo mismo»>> (pág.44). Este es el sentido de su trabajo. Sigue a Sócrates y lo explica <<«¿De qué trata Sócrates con más amplitud que de sí mismo»>> (pág. 546) y también agradecemos esa mirada personal del ensayista francés:  <<«Mi oficio y mi arte es vivir»>> y  que puede ayudarnos a todos por igual a buscar ese oficio.  Comprendemos a Harold Bloom el gran crítico americano  cuando dice «que podemos comprender nuestro yo  utilizando a Montaigne como guía»>> (Pág. 164), es decir, <<«cómo vivir»>>(pág. 169). Harold Bloom. <«El canon occidental»>>. Esto es al final lo que buscamos.

                                 Sabemos que Tolstói se llevó “Los Ensayos” a la estación de  Astápovo  y que posiblemente lo releyera antes de morir, que Elias Canetti o Gustave Flaubert  le han dedicado palabras de admiración y elogio, que Muñoz Molina lo lleva siempre a cuestas, que Stefan Zweig le dedica todo un ensayo admirando su independencia, Montesquieu lo califica como poeta, en Rousseau se aprecia su influencia,  Sainte-Beuve lo calificó <<”el mejor literato del siglo>>”,  y otros muchos escritores posteriores a la muerte de Montaigne en 1592  se han acercado a estos <<«Ensayos»>>. La lista sería inacabable, seamos cómodo y añadamos sin esfuerzo lo que difunde la faja publicitaria en la Edición de Acantilado: Orson Welles ( <<«Para mí es el más grande… lo leo, al menos, una vez por semana»>>), Josep Pla (<<«No me canso de leerlo…»>>), Francisco de Quevedo (<<«Libro tan grande…»>>, Friedrich Nietzche (<<«Que un hombre así haya escrito, ha aumentado ciertamente el placer de vivir en este mundo»>>). La lista sería inacabable,  lo abrazan con fervor y lo comprendemos. Es fácil imaginar en el Olimpo de los dioses literarios a Shakespeare y a Cervantes, pero también a Michel de Montaigne.

                                      En el último tramo de  «Los Ensayos» aparecen las sentencias e inscripciones pintadas en el gabinete y en la biblioteca de Montaigne situada en la segunda planta de la torre y que por fortuna no sufrieron daños por un incendio que se produjo en 1885.  De todas las sentencias e inscripciones, de indudable sabiduría, elijo una que a mi modo de ver nos vale para caminar en cualquier época:<<«Cada cual forja su fortuna con su carácter«, (Cornelio Nepote).

                         Escribe  sobre muchos temas que ya habían tratado los clásicos griegos y romanos y de otros muchos que tienen que ver con la época que le tocó vivir. Otros tantos nos valen para nuestra época, más bien casi todos. Como este, de gente que se cree poderosa y que alimenta su vida con millones y millones de  euros escondidos que no disfrutados. Ya sabemos las causas. Y lo sabemos porque, entre otros,  Montaigne nos lo hizo saber hace 500 años: <<«…la avaricia…la más ridícula de todas las locuras humanas»>> (pág. 371). Esto es, una locura humana de dimensiones interiores devastadoras, si se tiene conciencia, otro de los grandes temas de su ensayo: <<» Se engendra una desazón contraria en la conciencia que nos atormenta …»>> así comenzábamos la reseña.

                       Nota.- Los tipos de apertura y cierre utilizados en las textualizaciones (“” y <<>>) no se ajustan a los signos tipográficos formales para evitar daños mayores en el texto debido al borrado que con frecuencia realiza este sistema de gestión de contenidos, WordPress.

 

«LO SINGULAR Y LO PLURAL», Conversaciones,Isaiah Berlin -Steven Lukes.

978849481671  Yo me acerco a estas conversaciones por el respeto y admiración que tengo por Isaiah Berlin-nacido en Riga (Rusia) en 1909 y por ser un maestro liberal. De Steven Lukes, politólogo y sociólogo inglés (1941) apenas sabía nada. Después de leer este ensayo comprendo que Isaiah Berlin se prestara a conversar con este extraordinario profesor. Fue su última entrevista.

            Hace años pude leer con interés «Cuatro ensayos sobre la libertad» (Alianza) y más recientemente «El sentido de la realidad» (Taurus)  y las magníficas introducciones de Steven Lukes en  <<«Lo singular y lo plural»>> (Página Indómita) y de Ángel Rivero «Dos conceptos de libertad» (Alianza). Por estas lecturas me aproximé al pensamiento de Berlin. Si me he atrevido a leer estos ensayos e incluso hacer esta reseña es por la facilidad de comunicación, por su estilo  transparente y cuidado y por su capacidad de transmisión de conocimientos. Coincido con Steven Lukes, el politólogo que conversa con Berlin al admitir que <<» los escritos de Berlin son excepcionalmente accesibles»>> incluso para <<«el lector general y el amante de la literatura interesado en las ideas»>>.

          Isaiah Berlin decide abandonar la filosofía y dedicarse a la historia de las ideas , a su estudio y evolución al conocer a un filósofo lógico nacido en Ucrania, Harry Sheffer, que viene a decirle que la única manera de progresar en filosofía era en <<”lógica o en psicología experimental>>”, de esta manera ampliaría sus conocimientos <<«…al final de mi vida querría saber más de lo que sabía al principio»>> y esto no podía conseguirlo si seguía el camino de la filosofía (p.123). Esto lo descubrimos casi a la mitad del ensayo que no deja de ser interesante por un decisión de calado, en lo personal e intelectual, y dedicar su vida a la historia de las ideas término que el mismo acuñó:<<«Así las denominó usted? En efecto»>> (p.124).

       Por la extraordinaria introducción de Lukes observamos que en su recorrido intelectual aparecen personajes de calado y que no duda en admitir su influencia. De Stuart Mill  recogió la idea de libertad del individuo  asociada al expreso deseo de forjar su camino   (<<”el hombre como ser libre es capaz de determinar su propio destino”>>) (p.23) o de Alexandr Herzen que le  abriría los ojos <<”al desconfiar en los sistemas  cerrados”>> (p.24) de Maquiavelo al afirmar que <<”no todos los valores supremos por los que se guía la humanidad son compatibles entre sí>> (p.32/33), de Giambattista Vico (filósofo napolitano 1668-1744) el primero que habló de cultura como tal y del que extrae los principios del método histórico que  piensa que los valores de cada cultura <<«surge de algún tipo de evolución particular de una naturaleza humana común»>>(p.127) y de  Herder al sostener <<” que ninguna cultura es simplemente un medio hacia otra; cada logro humano y cada sociedad deben ser juzgadas según su propio criterio…existe una diversidad de culturas inconmensurables”>> (p.34/35 y esta otra de  De Maistre  que tanto impacto le causaría <<” el deseo de dominar, ejercer la autoridad y de perseguir el poder por el poder, es una fuerza tan poderosa como el deseo de paz, libertad, justicia, felicidad e igualdad”>> (p.37). Al final de lo que se trata es de hablar sobre alguien y desarrollar las respuestas , esto es lo que pretende y explorar los puntos débiles y fuertes de las ideas (p.20). Escribirá con fruición, más bien con extremado denuedo sobre libertad positiva (cada persona es dueño de su voluntad y de educar su destino) y libertad negativa (la persona o el individuo es libre sin que nadie influya en sus acciones) y que pueden entrar en conflicto o su idea de naturaleza humana y libertad para terminar abrazando  ese modelo plural con base en la comunicación y la comprensión y en el pluralismo de los valores que encarnen los de la Ilustración, como resumen.

           Pero a  mi modo de ver lo más sustancial de esta jugosa charla por su concisión y capacidad expositiva tiene que ver con la crítica a los argumentos de Marx sobre la lucha de clases. El pensador alemán lo focaliza única y exclusivamente como proceso productivo. El maestro liberal lo comparte, pero critica esta visión exclusiva. Para Berlin es <<» un concepto más amplio, una forma de vida…incluyendo el tipo de lenguaje que utiliza la gente, las viviendas que habita, las relaciones permanentes entre las personas»>> (p.96). Sin duda, Berlin considera original esta idea de concepto de lucha de clases. También atribuye a Marx  otras dos ideas igualmente novedosas: la gran empresa <<«el control centralizado de la producción…»>>, es decir, el camino y el desarrollo que tomaría las grandes empresas y  <<«la influencia de la tecnología en la cultura, la idea de  que los cambios tecnológicos influyen profundamente en dicha cultura»>> (p.94). Estos valores originales que le reconoce a Marx obedece a la elegancia del intelectual; no podemos olvidar que su conferencia en Oxford (1958) «Dos conceptos de libertad» es decididamente contraria a Marx.

             Para acabar quisiera subrayar estos razonamientos que vierte  Isaiah Berlin al final de «Mi trayectoria intelectual» (Alianza) <<«… la libertad perfecta…no es compatible con la igualdad perfecta»>>  y más adelante, permanecemos en  «Mi trayectoria intelectual» que me permito cruzar con el libro de conversaciones que nos ocupa, advierte<<» que todo el sufrimiento y brutalidades y sacrificios …todo aquello que ha hecho de este siglo probablemente el más espantoso desde los tiempos más lejanos , al menos en Occidente; todo esto sería para nada, porque el universo perfecto no sólo no es alcanzable sino inconcebible, y todo aquello que se haga para producirlo está fundado en una enorme falacia intelectual»>>(págs.188/191). Estas reflexiones confirman su lucidez e inteligencia. Ya sabemos que con diez años  había leído a Julio Verne, «Guerra y Paz» y «Anna Karenina» y que en su trayectoria intelectual le aburría leer a compañeros que pensaran como él, es más interesante estudiar al contrario y analizar mis errores (p.130). También reparamos en su no creencia en Dios (p.65). En cualquier caso su amplitud de miras, su pluralidad y polifacéticos empeños: académico y profesor, amante de la ópera, su origen  judío o su cultura británico-rusa lo convierten en un hombre abierto y liberal (partidario de un progreso gradual que acaricie el Estado del bienestar (p.207) y opuesto a llevar al Estado a su mínima expresión, es decir, contrario a laissez faire puro (p.142) y decidido humanista.

       Nota.- Los tipos de apertura y cierre utilizados en las textualizaciones (“” y <<>>) no se ajustan a los signos tipográficos formales para evitar daños mayores en el texto debido al borrado que con frecuencia realiza este sistema de gestión de contenidos, WordPress.

«EL ARTE DE LA FICCIÓN», de James Salter.

Arte de la ficcion, El__125X200         «El arte de la ficción» es un pequeño  y entretenido ensayo, además de instructivo, sobre el arte de escribir. Escrito con un estilo ágil y sencillo terminas por disfrutarlo,  por sus consejos abiertos y asentados por la experiencia de un hombre que alcanzó los 90 años de edad y de los que pasó la mayor parte del tiempo escribiendo, llegó tarde a la escritura. Fue piloto de la Fuerzas Aéreas Estadounidenses pero en 1957 abandonó su carrera militar para dedicarse por entero a la literatura. Y de esto trata este pequeño ensayo, de una forma de vida, de sentirse, en fin, escritor. Fue su mayor acierto. Cuando termina uno de leerlo, la sensación es agradable y de sustancioso sabor, de ideas sugerentes.

           Nuestro autor dice que escribe a mano con un bolígrafo para después pasar a máquina lo apuntado. Escribe en su escritorio principalmente y, a veces, en otros sitios según los ánimos.  El libro que quieres escribir lo llevas en la cabeza <<«a todas horas»>> (p.106) , también nos comenta <<«que escribir sobre uno mismo es difícil»>> (p.90). Nos advierte que si por alguna razón como fue su caso y después de llevar escribiendo más de un año  su novela «Todo lo que hay» pierdes la confianza y abandonas, cuando vuelves a retomarlo, si deseas cambiar algo, no digamos si es el personaje principal, posiblemente tengas que ajustar y retocar  otros personajes y diseñar otro armazón ( p.107).

           Para Salter los escritores de mayor peso son Faulkner, Bellow, Singer y Nabokov y no duda en comentar sus excelencias que siempre agradecemos. También admira a Mailer, Updike, Isaac Bábel, Hemingway, Flaubert y  su <<«Madame Bovary«>>, Margarita Duras o Balzac y <<«El pobre Goriot»>> otra novela canónica, Kerouac, García Márquez, Céline, entre otros.

         Dice que lee por placer, algo que  por otra parte nos ocuerre a la mayoría de los lectores y que <<«ya no tiene obligación de leer nada»>> aunque tiene pendiente a Tanizaki, Bánffy y a Herman Broch (esto también lo agradecemos) y en este orden sus novelas <<«Las hermanas Marioka>>», <<«Trilogía Transilvana«>> y «Los sonámbulos«>> (p.20) y  dice no sentir afinidad por las personas que no leen. A los lectores los considera <<«de mayor amplitud de miras»>>- ¿sobre qué aspectos ? me pregunto  y siente por ellos <<» una sintonía compartida»>> que podemos comprender. Autor avalado por grandes nombres de la literatura y de la crítica -Harold Bloom, por ejemplo-, destacamos sus novelas <<«Juego y distracción«>>, <<«La última noche«>> y <<«Años Luz>>.

           Y como estamos hablando del arte de escribir para él lo más importante es el estilo, es decir, la original forma de escribir, reconocer a un escritor por su escritura cuando lleves  leídas apenas unas páginas y <<«los detalles»>>. Termino por realzar estas palabras de  Salter, a mi modo de ver, las más lúcidas y agradecidas de este pedagógico y entretenido ensayo que tiene que ver con la libertad de escribir <<«…no dejarse atar por cualquier idea afectada de moralidad ni por ningún catecismo»>>, ninguna prohibición. Estamos hablando de ficción, de crear, de invención, de vivir.  Un buen ensayo  que merece la pena leer.

          Nota.- Los tipos de apertura y cierre utilizados en las textualizaciones (“” y <<>>) no se ajustan a los signos tipográficos formales para evitar daños mayores en el texto debido al borrado que con frecuencia realiza este sistema de gestión de contenidos, WordPress.