«LO SINGULAR Y LO PLURAL», Conversaciones,Isaiah Berlin -Steven Lukes.

978849481671  Yo me acerco a estas conversaciones por el respeto y admiración que tengo por Isaiah Berlin-nacido en Riga (Rusia) en 1909 y por ser un maestro liberal. De Steven Lukes, politólogo y sociólogo inglés (1941) apenas sabía nada. Después de leer este ensayo comprendo que Isaiah Berlin se prestara a conversar con este extraordinario profesor. Fue su última entrevista.

            Hace años pude leer con interés «Cuatro ensayos sobre la libertad» (Alianza) y más recientemente «El sentido de la realidad» (Taurus)  y las magníficas introducciones de Steven Lukes en  <<«Lo singular y lo plural»>> (Página Indómita) y de Ángel Rivero «Dos conceptos de libertad» (Alianza). Por estas lecturas me aproximé al pensamiento de Berlin. Si me he atrevido a leer estos ensayos e incluso hacer esta reseña es por la facilidad de comunicación, por su estilo  transparente y cuidado y por su capacidad de transmisión de conocimientos. Coincido con Steven Lukes, el politólogo que conversa con Berlin al admitir que <<» los escritos de Berlin son excepcionalmente accesibles»>> incluso para <<«el lector general y el amante de la literatura interesado en las ideas»>>.

          Isaiah Berlin decide abandonar la filosofía y dedicarse a la historia de las ideas , a su estudio y evolución al conocer a un filósofo lógico nacido en Ucrania, Harry Sheffer, que viene a decirle que la única manera de progresar en filosofía era en <<”lógica o en psicología experimental>>”, de esta manera ampliaría sus conocimientos <<«…al final de mi vida querría saber más de lo que sabía al principio»>> y esto no podía conseguirlo si seguía el camino de la filosofía (p.123). Esto lo descubrimos casi a la mitad del ensayo que no deja de ser interesante por un decisión de calado, en lo personal e intelectual, y dedicar su vida a la historia de las ideas término que el mismo acuñó:<<«Así las denominó usted? En efecto»>> (p.124).

       Por la extraordinaria introducción de Lukes observamos que en su recorrido intelectual aparecen personajes de calado y que no duda en admitir su influencia. De Stuart Mill  recogió la idea de libertad del individuo  asociada al expreso deseo de forjar su camino   (<<”el hombre como ser libre es capaz de determinar su propio destino”>>) (p.23) o de Alexandr Herzen que le  abriría los ojos <<”al desconfiar en los sistemas  cerrados”>> (p.24) de Maquiavelo al afirmar que <<”no todos los valores supremos por los que se guía la humanidad son compatibles entre sí>> (p.32/33), de Giambattista Vico (filósofo napolitano 1668-1744) el primero que habló de cultura como tal y del que extrae los principios del método histórico que  piensa que los valores de cada cultura <<«surge de algún tipo de evolución particular de una naturaleza humana común»>>(p.127) y de  Herder al sostener <<” que ninguna cultura es simplemente un medio hacia otra; cada logro humano y cada sociedad deben ser juzgadas según su propio criterio…existe una diversidad de culturas inconmensurables”>> (p.34/35 y esta otra de  De Maistre  que tanto impacto le causaría <<” el deseo de dominar, ejercer la autoridad y de perseguir el poder por el poder, es una fuerza tan poderosa como el deseo de paz, libertad, justicia, felicidad e igualdad”>> (p.37). Al final de lo que se trata es de hablar sobre alguien y desarrollar las respuestas , esto es lo que pretende y explorar los puntos débiles y fuertes de las ideas (p.20). Escribirá con fruición, más bien con extremado denuedo sobre libertad positiva (cada persona es dueño de su voluntad y de educar su destino) y libertad negativa (la persona o el individuo es libre sin que nadie influya en sus acciones) y que pueden entrar en conflicto o su idea de naturaleza humana y libertad para terminar abrazando  ese modelo plural con base en la comunicación y la comprensión y en el pluralismo de los valores que encarnen los de la Ilustración, como resumen.

           Pero a  mi modo de ver lo más sustancial de esta jugosa charla por su concisión y capacidad expositiva tiene que ver con la crítica a los argumentos de Marx sobre la lucha de clases. El pensador alemán lo focaliza única y exclusivamente como proceso productivo. El maestro liberal lo comparte, pero critica esta visión exclusiva. Para Berlin es <<» un concepto más amplio, una forma de vida…incluyendo el tipo de lenguaje que utiliza la gente, las viviendas que habita, las relaciones permanentes entre las personas»>> (p.96). Sin duda, Berlin considera original esta idea de concepto de lucha de clases. También atribuye a Marx  otras dos ideas igualmente novedosas: la gran empresa <<«el control centralizado de la producción…»>>, es decir, el camino y el desarrollo que tomaría las grandes empresas y  <<«la influencia de la tecnología en la cultura, la idea de  que los cambios tecnológicos influyen profundamente en dicha cultura»>> (p.94). Estos valores originales que le reconoce a Marx obedece a la elegancia del intelectual; no podemos olvidar que su conferencia en Oxford (1958) «Dos conceptos de libertad» es decididamente contraria a Marx.

             Para acabar quisiera subrayar estos razonamientos que vierte  Isaiah Berlin al final de «Mi trayectoria intelectual» (Alianza) <<«… la libertad perfecta…no es compatible con la igualdad perfecta»>>  y más adelante, permanecemos en  «Mi trayectoria intelectual» que me permito cruzar con el libro de conversaciones que nos ocupa, advierte<<» que todo el sufrimiento y brutalidades y sacrificios …todo aquello que ha hecho de este siglo probablemente el más espantoso desde los tiempos más lejanos , al menos en Occidente; todo esto sería para nada, porque el universo perfecto no sólo no es alcanzable sino inconcebible, y todo aquello que se haga para producirlo está fundado en una enorme falacia intelectual»>>(págs.188/191). Estas reflexiones confirman su lucidez e inteligencia. Ya sabemos que con diez años  había leído a Julio Verne, «Guerra y Paz» y «Anna Karenina» y que en su trayectoria intelectual le aburría leer a compañeros que pensaran como él, es más interesante estudiar al contrario y analizar mis errores (p.130). También reparamos en su no creencia en Dios (p.65). En cualquier caso su amplitud de miras, su pluralidad y polifacéticos empeños: académico y profesor, amante de la ópera, su origen  judío o su cultura británico-rusa lo convierten en un hombre abierto y liberal (partidario de un progreso gradual que acaricie el Estado del bienestar (p.207) y opuesto a llevar al Estado a su mínima expresión, es decir, contrario a laissez faire puro (p.142) y decidido humanista.

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